lunes, 28 de enero de 2008

Articulo anexado Nery Salazar

Reconstrucción de hueso malar mediante
injerto de calota
Dra. María Iliana Picco Díaz,*
Dra. María de Lourdes López
Haro,** Dra. Edelmira Lara
Vázquez***
* Médico Adscrito y Profesor Adjunto
del Curso de Cirugía Maxilofacial del
H.R. 1o. de octubre, Instituto de Seguridad
y Servicios Sociales para los
Trabajadores del Estado (ISSSTE) México,
D.F.
** Médico Adscrito y Profesor Titular del
Curso de Cirugía Maxilofacial del H.R.
1o. de octubre, ISSSTE, México, D.F.
*** Residente de 3er. año del Curso de
Cirugía Maxilofacial del H.R. 1o. de
octubre ISSSTE, México, D. F.
Resumen
Realizando una revisión bibliográfica de las diferentes técnicas quirúrgicas de injertos e implantes
para la reconstrucción del hueso malar se presenta un caso clínico con la aplicación de injerto de
hueso de calota en un paciente masculino de cuarenta y nueve años de edad con fractura antigua
de hueso malar derecho con hundimiento y deformidad facial.
Palabras clave: Injertos, cirugía facial.
Abstract
Performing a bibliographic review of diferents surgical procedures of grafts and implants for cigomatic
bone reconstruction, we are making the presentation of a clinical case with reconstruction of
cigomatic bone by calvarian bone graft in a 40 years old male patient with and ancient fracture of
the right cigomatic bone and severe deformity and facial depression of the area.
Key words: Graft, facial surgery.
Hay un sinfín de clasificaciones para este tipo de fracturas,
pero probablemente el factor más importante para
clasificar dichas fracturas sea el observar la relación entre
la alteración de la posición del hueso y el desarrollo de
signos y síntomas clínicos.2
Se pueden observar los siguientes hallazgos:
• Enoftalmos, cuando el malar está deprimido y rotado;
• Hipoestesia de la región geniana y de la dentición
superior, por lesión al nervio infraorbitario;
• Hiperoftalmos cuando el hueso está rotado hacia
adentro;
• Trismus y dolor a la masticación cuando el hueso
está desplazado hacia adentro o afuera y compromete
el espacio ocupado por la apófisis coronoides;
• Epistaxis unilateral, por desgarro de la mucosa del
seno;
• Hemorragia subconjuntival;
• Equimosis periorbitaria.7
Para la realización de una reducción abierta y fijación
rígida quizá la principal indicación sea la presencia de
signos y síntomas clínicos, tales como: trismus, diplopía,

distopia, seguida de fractura malar asociada con fractura
de piso orbitario; una indicación controversial sería la
presencia de hipoestesias pues no se ha probado que la
reducción de la fractura retorne la función del nervio
infraorbitario; sin embargo se presume lógicamente que
este daño lo ocasiona la comprensión del nervio y que al
realizar la descompresión se pueden obtener buenos resultados
en el tratamiento de las secuelas7
Las deficiencias cigomáticas por secuelas de trauma
facial se pueden tratar con una amplia gama de materiales
de reconstrucción entre los que se encuentran:
• Materiales aloplásticos.
• Cartílago: autoinjerto, aloinjerto y xenoinjerto.
• Hueso: Autoinjerto (calota, costilla, cresta iliaca) o
colgajos de hueso de calota.4
Dichos materiales tienen sus ventajas y desventajas y
sus indicaciones específicas, así tenemos los implantes
de silicón sobre el complejo malar (Hinderer, 1975) utilizados
frecuentemente en pacientes que solicitan el aumento
de la prominencia cigomática para mejorar el aspecto
de la cara ovalada, caras alargadas o excesivamente
redondas, los resultados estéticos con el uso de este
material son adecuados.1
Se ha utilizado también cartílago para aumentar el complejo
cigomático como autoinjerto, aloinjerto y xenoinjerto,
sin embargo su valoración a largo plazo ha demostrado la
distorsión o desviación del injerto. Los aloinjertos de cartílago
muestran tendencia a la reabsorción (Gibson, 1977).
Los aloinjertos y xenoinjertos (Gillies y Millard, 1975) han
tenido problemas de distorsión o desviación, sin embargo
tienen su mérito y su principal problema parece ser la
posibilidad de infección del seno maxilar abierto.
Cuando se usa hueso (Tessier, 1982) (MacCarthy y Zide,
1984); se debe tener en mente que eventualmente habrá
resorción, por lo que se debe tomar un volumen adecuado
de hueso, el hueso de calota tiene grandes ventajas
en cuanto que es un hueso muy vascularizado, dentro
de la misma zona quirúrgica lo que disminuye el tiempo
quirúrgico en relación a tomas de injerto de cresta
iliaca o costilla, además el posoperatorio del paciente
cursa con morbilidad disminuida en relación al sitio de
donación. Tenemos así que el hueso de calota lo forman
los huesos parietales y temporales, así como el frontal y
occipital, la calota consiste en tres capas: Interna y externa
separadas por una capa de hueso esponjoso.8
La mayor ventaja de la dura liofilizada, hueso, cartílago
y productos biorreabsorbibles sobre los implantes
aloplásticos; es que no sólo proveen soporte necesario al
tejido orbitario sino que además son incorporados o reemplazados
dentro del cuerpo, minimizando las posibilidades
de una reacción de rechazo temprano o tardío.7
Cuando se trata de una fractura antigua donde existe
deformidad facial los materiales usados para la reconstrucción
del hueso malar ya sea como fines estéticos o
posteriores a trauma facial son de una gran diversidad. El
uso de injerto de calota es común debido a que el sitio
donador se encuentra en el mismo campo operatorio, además
debido a su característica morfológica de ser un hueso
membranoso y a su vasta irrigación sanguínea, que
provee su propio suplemento sanguíneo, osteoinductor,
osteoconductor y osteogénico; lo que impide su necrosis y
disminuye los riesgos de reabsorción que se presentan en
los injertos cartilaginosos, éstas son las ventajas que el
injerto de calota tiene sobre el de costilla, de cresta iliaca
y de cartílago, una de las desventajas es la limitación que
se obtiene en su tamaño y grosor.8.

Bibliografía
1. Craft PD, Sargent LA. Plastic Surgery Clinics l989;
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4. lvy EJ, Lorence P, Astron SJ. Plastic Surgery 1995: 63-70".
5. Jensen J, Riche-Fischel O, Sindents-P S. Journal Oral
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7. Mathog RN. Atlas of craneofacial trauma; 257-282.
8. Rowe NL, Killey HC. Fracturas of the facial skeleton.
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9. Yaremchuk MJ. Clinics in Plastic Surgery 1989; 16 (1): 29-30.
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